Hemos creado este espacio con la finalidad de poder compartir con libertad, abrir caminos, hacernos preguntas… aprender y desaprender juntos y juntas de la vida, del mundo, de Dios, de nosotras y nosotros y de las demás personas. Nos gustaría bucear contigo en la vida, buscar claves, intuiciones, que nos ayuden a crecer en una espiritualidad libre y alegre.

viernes, 29 de mayo de 2009

Los límites también son posibilidad

Llevo algunos años educando y acompañando a personas. Me gusta hacerlo desde la libertad, promoviendo la iniciativa personal, porque creo firmemente en que los mejores recursos de cada persona están dentro de ella misma. Sin embargo, me sigue costando ver cómo muchos adolescentes se estrellan contra la realidad y no aprenden de ella. Sé que no debo intervenir, quizá ni siquiera por esa opción por la libertad, sino incluso por algo previo: la confrontación con lo real, sus limitaciones y posibilidades.
En efecto, descubro cada vez más cómo el principio de realidad es uno de los ejes indispensables para potenciar el crecimiento humano, y por tanto para educar. Ayudar a crecer en los tiempos que corren significa a menudo dejar, o incluso provocar, que la persona se encuentre con el límite, suyo y de la realidad, que se pegue si hace falta, se caiga, patalee –qué cantidad de ataques de rabia me toca presenciar cada día en mi instituto– y todo ello para que crezca, quizá no porque quiera, pero sí porque la realidad de algún modo le obligue...
He aquí uno de los retos de la actualidad. Así lo experimento a menudo: la sociedad nos intenta hacer creer que podemos vivir sin frustraciones, que somos capaces de todo lo que nos propongamos, que soñar es lo único que moviliza. Y a veces, en nuestra ingenuidad de creyentes ilusionados y esperanzados, hemos pretendido acompañar sólo desde los sueños y los ideales, tan importantes, por cierto, como el principio de realidad, pero inútiles sin éste. Ahora me descubro, a veces en contra de mi espontaneidad, preguntándome cómo aguanto yo misma la frustración, cómo ayudar a aceptar la realidad, no con los brazos bajados, pero sí reconociendo el límite e incluso la impotencia, conviviendo con ellos. Creo que además, a lo largo de mi vida, la experiencia de “no poder” ha sido fundamental para ser quien soy, estar donde estoy, e incluso, aprender a querer a los que me rodean y a mí misma como siento que puedo querer hoy.
Me encantaría que compartieras aquí tu reflexión en este sentido.
T.M.Ll.

2 comentarios:

  1. Hola T.M.L. Esta muy bien lo del principio de realidad, pero ¿a qué realidad te estás refiriendo? a la realidad que nos rodea, a la realidad de cada una de nosotras mismas. En el primer caso, no se muy bien cual es la realidad, la que yo observo, la que tu ves, la que tus alumnos viven. Puede que la realidad pueda tener que ver con todas ellas. En cuanto al segundo caso, creo que puede estar un poco más claro. Bueno tampoco estoy segura.¿Cuál es mi realidad? la que vivo cuando estoy a solas conmigo misma, la que percibo cuando estoy en companía de personas que saben potenciarme y sacar de mí lo mejor que tengo o por lo menos, saben sacar de mí un poco más de lo que aparentemente se podía intuir en un principio; o mi realidad es la que creo cuando me encuentro ante personas que me hacen sentir pequeña e insignificante o es la que vivo ante situaciones adversas que, en unas ocasiones, me hacen reaccionar y salgo a flote y en otras necesito que alguien tiré de mí para poder salir.
    La realidad es un asunto altamente complejo, al menos eso me parece. En muchas ocasiones me encuentro en situación de asombro: me parece imposible que la realidad se pueda percibir de formas tan distintas, tan radicalmente diferente.
    Saludos y sigue escribiendo. En tu artículo hay muchos temas interesantes, pero quería dialogar contigo y conmigo sobre este de la "realidad".

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  2. Estoy muy de acuerdo con esta entrada. creo que, como dice Aranguren, somos, también, fracasando.

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