Hemos creado este espacio con la finalidad de poder compartir con libertad, abrir caminos, hacernos preguntas… aprender y desaprender juntos y juntas de la vida, del mundo, de Dios, de nosotras y nosotros y de las demás personas. Nos gustaría bucear contigo en la vida, buscar claves, intuiciones, que nos ayuden a crecer en una espiritualidad libre y alegre.

lunes, 25 de enero de 2010

Haití, sin palabras

Llevo días queriendo escribir aquí algo sobre Haití. Pero no puedo escribir nada sobre Haití. Me he quedado sin palabras. Los haitianos me han dejado sin palabras, por su sufrimiento, por su fe, por su desesperación, por su solidaridad, por su insolidaridad, por... Todos los contrastes y opuestos juntos no bastarían para hacer honor a las víctimas del terremoto. No puedo olvidar las pupilas clavadas en la cámara de los niños que vagan solos, a merced de las mafias o de padres bienintencionados aunque no siempre prudentes... Y tantos otros, hoy  jóvenes y familias buscando en los basureros a las afueras de la ciudad.
Pero no quiero vaciar con mis palabras la hondura, el misterio, de lo que se está viviendo en aquel país americano. No quiero, con mis palabras, hollar la dignidad de nadie. Quiero, con mi silencio, expresar mi profundo respeto y mi oración indefensa a ese Dios que está sufriendo con su pueblo.
T. M. Ll.

martes, 19 de enero de 2010

Lo que fue Madrid vestido de blanco


Estos días mis ojos han estado teñidos de blanco y mi cuerpo de cansancio (está visto que las Navidades no me sirvieron para descansar) . Lo importante ha sido el blanco, el blanco manto que se extendía inexorablemente, que lo cubría todo, el blanco que iba cayendo poco a poco y que me dedicaba destellos, que me hacía guiños al pasar por delante de la mirada. Un blanco que tiene un sonido especial ¿lo pudisteis escuchar?, el silencio de lo que se posa imperceptiblemente, sin pedir permiso y el rugido de lo que se resquebraja, de lo que se troncha, de lo que se destruye cuando empiezan a aparecer las primeras huellas, que rompen la continuidad del manto. Existen otros sonidos "schip", "schip", "plaf", los que se producen al deslizarnos o al caernos, pero estos impresionan menos a no ser a aquella persona que lo sufre.
Las palabras son un milagro, o tal vez lo sea el deseo de comunicar y decir algo.