Hemos creado este espacio con la finalidad de poder compartir con libertad, abrir caminos, hacernos preguntas… aprender y desaprender juntos y juntas de la vida, del mundo, de Dios, de nosotras y nosotros y de las demás personas. Nos gustaría bucear contigo en la vida, buscar claves, intuiciones, que nos ayuden a crecer en una espiritualidad libre y alegre.

sábado, 9 de mayo de 2009

Testimonio personal




Trabajo en un proyecto parroquial conjuntamente con voluntarios y voluntarias. Principalmente, nuestra labor es acoger a las personas que nos llegan pidiendo ayuda,(alimento, trabajo, poder ayudarles en sus pagos de luz, agua etc).

La parte más bonita, y a la vez dolorosa, es la de la escucha. Por las mañanas, cuando empiezo la jornada mi primer pensamiento es pedirle a Jesús que me dé sus mismos sentimientos respecto a la persona que llega mostrando sus necesidades, sus angustias, sentirlas como algo propio, sintonizar con sus preocupaciones y sobre todo le pido que a través de mi persona pase su ternura a ese hermano/a suya que lo está pasando mal.

Como podéis comprender la parte más negativa es la impotencia de no poder solucionar al momento sus demandas, y a su vez una gran alegría el poder ser parte de sus momentos difíciles y de los alegres.
Pasando por mi mente y corazón personas con las que he compartido, me es complicado elegir qué podría aportaros más, y bueno he traído este dibujo. (el dibujo es el de una niña ofreciendo un ramo de flores a una mujer, la niña decía al tiempo de la entrega del ramo: “eres muy buena”).

El lunes pasado vino una mujer con su hija de 8 años. Antes de empezar a escuchar a la madre, le ofrecí a la niña un libro para leer y un muñeco...Ella me pidió una hoja y lápices de colores, se los dí.
Al terminar con su madre y despedirnos me dio este dibujo y me dijo: “esto es para ti”. A parte de subirme la autoestima bastante, me llamó la atención cómo, en tan pocos minutos, esta niña había procesado que su mamá estaba con alguien que a lo mejor le podía ayudar…En la imagen, dejó plasmados sus sentimientos.
Mi trabajo es el trampolín que me hace zambullirme en el inmenso y misterioso océano que somos las personas y poder compartir con ellas el amor, la compasión, la ternura que yo he recibido y recibo constantemente de Jesús.

Inmaculada, dominica
Trabajadora social
Cáritas, Tamaraceite

2 comentarios:

  1. La impotencia de no poder solucionar el problema del hermano; el vacío de no llenar su esperanza, su alegría, sus necesidades... te hacen sufrir y experimentar que dejas en el camino al herido y desvalido. Sientes el indice de verte señalado por le samaritano, que siendo tú hermano, pasas de largo.
    Sin embargo, es el momento de abandonarte en los brazos de JESÚS, pues ÉL también sintió lo mismo. Curó, pero no pudo atender a todos. Muchos quedaron en el camino, al borde de la piscina; otros fueron curados, pero luego volverían a enfermar. ¿Qué hacer?
    Sólo se me ocurre dejarme caer entre tus brazos, JESÚS, y sentir el peso de mi cruz, la que me toca cargar, y desde ahí, injertado en TI, aceptarla, padecer contigo, padiciendo con el hermano, asumiendo mi camino, sin, por ello, renunciar a la lucha, a la superación, a la esperanza de construir un mundo mejor, más justo, más solidario... pero esperanzado en ser curado, levantado y eternamente gozoso en tu presencia.
    Un abrazo en XTO.JESÚS.

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  2. Es cierto que está el dolor y que también está la impotencia de no poder solucionar el problema de las personas que nos rodean y mucho menos de las que están lejos. Pero creo que prefiero compartir la parte de esperanza que nunca nos abandona. Creo que la niña del dibujo tiene mucho que enseñarnos. No necesitamos muchas cosas, tan solo un papel, unos lápices y unos minutos para transformar la realidad y decirle a alguien lo importante que es para nosotros y nosotras, para llenar el mundo de color y de luz.

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